Bill Drayton inventó el término “emprendedor social” y fundó Ashoka, la organización que apoya a 3,500 de ellos en 93 países. Es una leyenda en el mundo de las organizaciones sin ánimo de lucro, por eso fui a verle esta semana para ver si podía ofrecerme algo de claridad y esperanza en tiempos desalentadores; no me decepcionó.

Drayton cree que estamos en medio de una necesaria aunque dolorosa transición histórica. Durante milenios, la vida de la mayoría de las personas seguía un cierto patrón. Ibas a la escuela para aprender un oficio o una habilidad – panadería, agricultura o contabilidad. Después podías acceder a la fuerza laboral y lograr una buena calidad de vida repitiendo la misma habilidad durante el curso de tu vida profesional.

Pero hoy en día las máquinas pueden hacer casi cualquier cosa que sea repetitiva. El nuevo mundo requiere un tipo diferente de persona, y Drayton lo llama agente de cambio.

Por ejemplo, el fellow de Ashoka Andrés Gallardo es un mexicano que vivía en un vecindario con mucha delincuencia. Creó una aplicación llamada Haus, que permite crear redes entre los vecinos y contiene un botón de alarma que alerta a todo el vecindario cuando hay un crimen. Permite a los vecinos organizarse, chatear, compartir estadísticas de crímenes y trabajar juntos.

Para formar y liderar esta comunidad de comunidades, Gallardo debía tener lo que Drayton llama “empatía cognitiva basada en vivir para el bien de todos.” La empatía cognitiva es la habilidad de percibir cómo se sienten las personas en circunstancias cambiantes, “para el bien de todos” es la capacidad de construir equipos.

No importa si estás trabajando en una cafetería o en la línea de inspección de una planta, las compañías solo contratarán a quienes vean los problemas y organicen respuestas.

Millones de personas ya viven con esta mentalidad, pero muchas personas todavía habitan el mundo de seguir reglas y repetir habilidades. Escuchan a la sociedad diciéndoles, “No te necesitamos. Tampoco necesitamos a tus hijos.” Por supuesto, estas personas entran en un modo reaccionario y contraatacan.

El cambio central de nuestro tiempo, dice Drayton, es hacer de todos un agente de cambio, y para lograr esto se debe empezar de joven. Tu hija tiene 12 años. Ella te cuenta un problema: los otros chicos del colegio son sistemáticamente malos con estudiantes con necesidades especiales. Este es un momento importante. Paras lo que estás haciendo y le preguntas si hay algo que ella crea que puede hacer para resolver el problema, no solo para este chico sino también para la próxima vez que esto pase.

Muy pocos niños actúan para resolver el primer problema que ven, pero con el tiempo regresan habiendo concebido una idea propia. Organizan a sus amigos y hacen algo. El trabajo del adulto ahora es quitarse del medio. Poner a los niños a cargo.

Una vez que la niña tiene una idea, construye un equipo y cambia su mundo, es un agente de cambio. Tiene el poder y organizara más equipos. Siempre se la necesitará.

Drayton pregunta a los padres, “¿Sabe tu hija que es un agente de cambio? ¿Está practicando la cultura de cambio?”. Les dice, “Si no puedes responder ‘sí’ a estas preguntas, tienes trabajo urgente que hacer.”

En una era anterior, dice Drayton, la sociedad se percató de que necesitaba un alfabetismo universal. Hoy, los colegios deben desarrollar planes de estudio y evaluaciones para realizar el cambio de mentalidad universal. Deben entender que éste es su criterio para el éxito.

Ashoka ha estudiado los movimientos sociales para averiguar cómo se puede promover este cambio de mentalidad. Resulta que los movimientos que tienen éxito toman pasos similares.

Primero, juntan a un grupo de organizaciones co-líderes poderosas y ambiciosas (Ashoka está trabajando con las universidades Estatal de Arizona y George Mason). Segundo, el grupo se abre a todos (nunca se sabe a quién se le puede ocurrir una idea crucial). Tercero, el movimiento crea telenovelas con episodios diarios (el movimiento por los derechos civiles creó dramas televisados con personajes buenos y malos, como la marcha de Selma).

Me pregunto si todos quieren ser un agente de cambio bajo el molde de Drayton. Me pregunto sobre cualquier visión social que no sea fundamentalmente política. Puedes tener una nación llena de agentes de cambio locales, pero si el gobierno está podrido su trabajo se queda en nada. El sector social nunca se ha enfrentado por completo contra la presencia permanente del pecado.

Pero la genialidad de Drayton está en su capacidad para identificar nuevas categorías sociales. Desde que inventó la categoría de emprendedor social hace 36 años, cientos de miles de personas han dicho, “Sí, eso es lo que quiero ser.” El agente de cambio es una expansión de ese tipo social.

La transformación social surge de la transformación personal. Cambias el mundo cuando sostienes un nuevo y más atractivo modo de vida, y Drayton quiere universalizar una cualidad que muchas personas ni siquiera ven: la proactividad.

Millones de personas no sienten que puedan tomar el control de sus propias vidas. Si pudiéramos darles a todos la oportunidad de experimentar un momento de proactividad, de expresar amor y respeto en acción, las ramificaciones realmente podrían cambiar al mundo.

 

 

Texto traducido del artículo original:

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