CELMIRA MACEDO

En Portugal cerca de 2 millones de personas se enfrentan a problemas vinculados al analfabetismo al no saber leer, escribir o hablar: 0.6 millones por haber dejado el colegio, 0.6 millones por haber nacido con alguna discapacidad o incapacidad y 0.6 millones no logran aprender a leer o escribir por enfermedades o accidentes físicos o neurológicos . 

No sólo los alumnos con necesidades especiales son excluidos de las aulas tradicionales, sino que tampoco se tiene en consideración a los estudiantes sordos o ciegos en el Plan Integrado e Innovador para Combatir el Fracaso Escolar (PIICIE) ni tampoco en iniciativas privadas como el Centro de Investigación e Intervención en la Lectura (CIIL). Además, el analfabetismo se vincula a problemas de exclusión social, estando estos grupos de la población sobrerrepresentados en los índices por bajos ingresos, tasas de desempleo y de institucionalización. 

Existe una falta de recursos, de concienciación y capacitación de los profesores, familias y terapeutas en el uso de metodologías inclusivas. Portugal es el país, dentro de Europa, con la mejor capacitación del profesorado para tratar con la diversidad dentro de las aulas (OECD). 

Celmira está cambiando las perspectivas educativas y rompiendo las barreras que los métodos tradicionales de enseñanza habían creado, permitiendo a los niños comunicarse, de manera natural y sin discrimación, con sus compañeros.  

EKUI está dinamitando el mito del “alumno promedio”, creando un método único y universal aplicable a cualquier niño durante las primeras etapas de aprendizaje (de 3 a 9 años), independientemente de tener o no problemas de aprendizaje, discapacidad, adultos o niños con problemas de articulación fonética o de discurso (por ejemplo, aquellos adultos que hayan sufrido un ictus), personas en rehabilitación, y/o cualquier niño que esté aprendiendo a leer. 

EKIU está evitando que niños con dificultades de aprendizaje dejen la escuela y aprendan de manera independiente, permitiéndoles aprender al mismo ritmo que el resto de sus compañeros.

Gracias a una metodología multisensorial diseñada en torno a un juego de 26 cartas que comprende 4 formas de comunicación : Braille , lenguaje de signos, ortografía portuguesa y alfabeto fonético, la idea de Celmira logra que nadie se sienta desplazado y refuerza el hecho de que no hay una manera “correcta” de que los niños se comuniquen.