En la víspera de nochebuena, Jesús Garzon Heydt, gran naturalista y ecologista cántabro, y Ashoka Fellow desde 2022, fallecía a los 77 años de edad.

Hoy, queremos parar un momento para despedirnos de Jesús, o como le gustaba que le llamaran, Suso, quien, para nuestro orgullo, formó parte de nuestra red de Emprendedores y Emprendedoras Sociales Ashoka. Un gran ejemplo de emprendedor social, que, ya desde pequeño, dibujaba carteles y los pegaba por su pueblo para que los niños dejasen de robar nidos de pájaro y empezaran a cuidarlos.

Desde entonces, nunca paró de observar, investigar, dibujar y crear decenas de organizaciones para proteger especies amenazadas como el lince, el águila real o la avutarda. Suso tenía un imán con la naturaleza. Recuerdo cuando viajábamos juntos, rumbo a Londres, para realizar la última entrevista de su proceso de selección como Ashoka Fellow. Esperando en Barajas, un gorrión apareció de la nada en plena terminal. Suso le silbó, el gorrión le contestó, se puso a su lado y Suso compartió su bocadillo con él. ¿Un gorrión en barajas? Eso sólo pasa con Suso.

Suso ha sido un visionario y un luchador, cualidades claves para un emprendedor social. Ejemplo de ellas, hay muchas. Como cuando paralizó la política forestal española en los 70. Una política basada en plantaciones intensivas de pinos y eucaliptos que, de no haber existido la labor de Suso, hubiesen destruido nuestros suelos, haciendo, de la España que hoy conocemos, un desierto. Como buen emprendedor, siempre supo encontrar socios a nivel nacional e internacional para promover proyectos tan pioneros como la creación de los espacios protegidos de Monfragüe (Extremadura), Cabañeros (Castilla-La Mancha) y Oyambre (Cantabria), sumamente importantes para nuestra biodiversidad.

En 1984, lo nombraron director general de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura, donde consiguió convencer a la OTAN de no hacer una base área en un paso migratorio de aves que chocarían con sus aviones. Poco le importaban a él los aviones, sino el bienestar de los pájaros. Suso dejó el cargo tres años después para seguir con sus convicciones y su alma emprendedora.

Los 30 últimos años de su vida los dedicó a la recuperación de las cañadas reales y a la ganadería extensiva por su importancia como herramienta de conservación de la biodiversidad. Entre muchos otros hitos, refundó en 1992 el Concejo de la Mesta, creado en 1273 por el rey Alfonso X El Sabio, e impulsó la Asociación Trashumancia y Naturaleza.

En 2001, Suso hizo la primera trashumancia de larga distancia, recorriendo con un rebaño de 2.600 ovejas merinas más de 1.000 Km de vías pecuarias, desde Extremadura hasta las montañas de Zamora; algo que resultaba “imposible” por aquél entonces para todos los especialistas en la materia. Aquel fue un acontecimiento mundial: la primera vez que entraban ovejas, las ovejas de Suso, en el centro de Madrid. Autoridades, la Casa Real, medios de comunicación y ciudadanos, lo vivimos de primera mano.

Desde ese momento, Suso y su red de pastores han recuperado más de 125.000 kilómetros de cañadas reales que se extienden en más de 420.000 hectáreas de superficie, en una vida a pie de campo, de pastor, durmiendo al raso bajo su manto de estrellas.

Suso no sólo deja un enorme legado en España, sino a nivel mundial. En 2007, consiguió crear un movimiento global de nómadas y trashumantes que llegó, incluso, a reunirlos dos semanas en Valsain, Segovia. Su objetivo era posicionar la trashumancia a nivel mundial e impulsar políticas y reconocimientos como el de la UNESCO, que desde 2019 reconoce la trashumancia como patrimonio inmaterial de la humanidad.

2026 será el año de la trashumancia declarado por Naciones Unidas. Pastores y trashumantes de todo el mundo se reunirán en Mongolia, para seguir el legado de un Suso que, a buen seguro, estará presente entre ellos.

Gracias Suso, por tanto. Ha sido un privilegio poder conocerte y aprender tanto de ti y de tu sabiduría infinita. Gracias por este legado que nos dejas al mundo y por hacerlo siempre desde una sensibilidad y belleza únicas a través de tus dibujos, canciones y poemas. Te despedimos con éste que tanto te gustaba de tu querido Juan Ramón Jiménez:

“que yo quiero llegar tardando
-andando, andando-,
dar mi alma a cada grano
de la tierra que voy pisando.”

Hasta pronto amigo.

Jesus Garzón Heydt
1947-2023

Casilda Heraso, directora de Selección de Emprendedores y Emprendedoras Sociales Ashoka